En la actualidad la UE se mantiene como el mayor importador mundial de este producto. En 2007 Gran Bretaña, seguido de Alemania fue primer importador. Tras ellos se situó Francia. A pesar de lo que se suele pensar, Estados Unidos con una población que rebasa los 300 millones de personas y con una cultura del vino cada día mayor, en el que ciertas regiones del país cada día tienen más relevancia vinícola a nivel mundial, es el cuarto importador a nivel mundial, seguido de otro gigante como es Rusia, Países Bajos y Suiza. En definitiva, la Unión Europea, además de ser el mayor productor mundial, también es el primer importador mundial aunque cada día esta concentración, tanto de exportación como de importación va perdiendo su concentración en el viejo continente, entrando nuevos actores en el mundo del vino.
Habitualmente, por ejemplo, en el caso francés, los principales exportadores, también se encuentran entre los primeros importadores ya sea a nivel nacional o regional, debido a la “cultura del vino” que han adquirido históricamente. Sin embargo España e Italia no cumplen ese patrón. Fundamentalmente el consumo de vino dentro de estos dos países es básicamente de producto producido en el mismo país. Por ejemplo, Alemania mantiene un equilibrio en la producción de vino y su consumo, no así Gran Bretaña donde la producción es muy escasa y sin embargo la importación es importante.
Son varios los factores que influyen en el nivel de importación de vino. Algunos países como España o Francia, tienen un tradición vinícola y éste productor ha formado parte de la cultura del país durante siglos. Sin embargo en países como Alemania o Gran Bretaña, esta cultura no ha sido igual. En los países de Centro Europa la cerveza ocupa un lugar primordial dentro del consumo de bebidas con graduación alcohólica. En el caso de Estados Unidos, un país con menor tradición histórica que los europeos, el consumo de vino, se entremezcla con el de cerveza o incluso con el de bebidas espirituosas o cócteles . En cualquier caso, como se vio anteriormente, no sólo el consumo se diluye entre países sino entre productos y en países de poca tradición vinícola, el vino cada día se hace más hueco. Es el caso de Japón, donde gracias a ferias internacionales de gourmets, catering o muestras, el ciudadano medio japonés está poco a poco acostumbrándose al consumo de vino, siendo poco a poco mayor el número de grupos (es el caso de las españolas) dedicadas o organizar eventos de organización de fiestas para empresas para la promoción del vino.
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