Madrid, 23 de noviembre de 2010 .- Ayer por la tarde tuvo lugar en LAVINIA Madrid un acto insólito, por primera vez se reunieron cuatro grandes bodegas riojanas, todas ellas del mítico Barrio de la Estación de Haro, para ofrecer una magnífica cata de las décadas sesenta y setenta. En la degustación pudo comprobarse la perfecta evolución de estos vinos, que tienen entre 6 y 7 años de crianza en barricas viejas, de la región con mayor tradición vinícola española. Los vinos catados fueron: 904 Gran Reserva 1964 (La Rioja Alta , representada por su presidente, Guillermo Aranzabal, y por el enólogo, Julio Sáenz); Viña Tondonia Gran Reserva 1968 (López de Heredia, con la directora de la bodega, María José López); Viña Real Gran Reserva 1968 (CVNE con María Urrutia, directora de la bodega, y María Larrea, directora técnica); y Prado Enea Gran Reserva 1969 (Muga, con su director técnico, Jorge Muga). Con todos ellos se hizo un increíble recorrido vínico de La Rioja por los años 60. De los años 70, se llevó a cabo una cata horizontal de una cosecha histórica, la de 1978. Se concluyó el evento con la degustación de una maravilla única, el blanco Viña Tondonia de 1968. Andrés Ardid, director general de LAVINIA, dio la bienvenida a los vignerons asistentes, y Marie Louise Banyols, directora de producto de LAVINIA, dirigió la cata.
Todas las bodegas poseen el mismo origen, la ciudad de Haro, donde la extraordinaria suma de coincidencias entre la bondad del clima y la severidad de la tierra provocó el nacimiento del legendario Barrio de la Estación. Jay Miller -responsable de vinos españoles para la revista Wine Advocate , de Robert Parker- dijo, en su última visita a España, “he podido deleitarme con El Barrio de la Estación de Haro, una maravilla al alcance de muy pocas ciudades, con grandes vinos y singulares”, y esta afirmación se confirmó ayer en LAVINIA de Ortega y Gasset.
NOTA DE PRENSA
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