El roble de Raventós i Blanc vuelve a brotar esta primavera Contra todo pronóstico, y venciendo las expectativas de los expertos, el roble histórico y monumental de Raventós i Blanc ha vuelto a brotar con fuerza esta primavera.
Esta semana santa hizo un año que el viejo roble de Raventós i Blanc cayó y se inclinó hacia el sur. Fue el día 10 de abril, y buena parte de sus raíces se rompieron quedado su enorme copa apoyada en el suelo.
Este roble es el único testimonio de las 19 generaciones familiares que han trabajado de forma continuada el viñedo de Raventós i Blanc. Es historia, tradición, y más que nunca, renovación.
Como símbolo, la arquitectura de Raventós i Blanc, fue un espacio dedicado y pensado para este árbol; y se convirtió en el logotipo de esta bodega.
Después de tumbarse el roble, se trabajó diariamente con diferentes expertos para hacer lo posible por mantener el árbol vivo; descartándose al poco tiempo la alternativa de levantarlo.
Era importante mantener vivo este precioso símbolo y toda su historia; pero respetando siempre el curso de la naturaleza.
El paso del tiempo permitió ver indicios positivos reflejados en unas finas raíces en muy buen estado y pequeños brotes nuevos aparecidos durante el pasado mes de mayo.
Pero esta primavera el roble tenía que demostrar su fuerza y vida. Y así lo ha hecho.
El proceso de reflexión quedaba abierto y el paso del tiempo –decíamos – ayudaría a acabar de decidir qué solución botánica se daba al árbol y qué simbolismo e interpretación se extraía de todo.
Desde un punto de vista botánico el roble ha hablado por sí sólo.
Desde un punto de vista simbólico y artístico, en su día se apuntaban varias posibilidades: crear una mesa de encuentro, de reflexión bajo el roble –como había existido históricamente- ; un anfiteatro de observación de las raíces; un bosque de hijos que simbolizan la voluntad de renacimiento y esfuerzo de las personas de esta tierra; o en el caso de que el roble muriese, la plantación de hijos suyos creciendo entre las ramas muertas de este árbol monumental.
El roble continúa vivo y sus raíces vuelven a enraizarse dentro de la tierra; el árbol vivo nos permite avanzar en la decisión final de qué se hará al rededor del roble.
Susana Portabella
Raventós i Blanc
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