Tras un primer intento pospuesto no fue hasta el pasado 17 de octubre cuando por fin subimos hasta la Terra Alta para conocer la bodega de María Carme Ferrer Escoda y Manuel Sanmartin Suñe, una bodega que nos hace soñar y olvidar la imagen de los vinos de Gandesa que tenemos desde niño, una bodega que se ha de visitar , catar, conocer si queremos saber cual es el potencial de un terruño conocido y reconocido durante siglos.
La Terra Alta es una comarca protegida por los Puertos de Beseit, la Sierra de Pàndols y la Sierra de Cavalls, rodeada por el río Ebro y sus afluentes el Matarranya y el Algars y abierta al Mediterráneo. Como comarca eminentemente mediterránea, se manifiesta en ella con todo su esplendor la triple simbología del trigo, el olivo y la viña. Pues bien, si se trata de una comarca especialmente apta para el cultivo de la viña, Gandesa sobre todo disfruta de una situación singular y de privilegio. La proximidad de las sierras protege a las viñas del cierzo (viento del noroeste seco) y al mismo tiempo, la depresión del Ebro permite que llegue la bonanza del garbí (viento del sudoeste húmedo).
La altitud, que oscila entre los 350 y los 600 metros sobre el nivel del mar y la apertura de las tierras de cultivo hacen posible un elevado número de horas de insolación. El régimen de lluvias, escaso, no alcanza los 500 litros por m2 al año.
Estas condiciones únicas, en que se hacen compatibles el rigor del clima continental y la benignidad del clima mediterráneo, han dado fama al vino que produce esta comarca.
La especificidad orográfica de nuestras viñas las protege, con su ondulación, del embate seco del cierzo y al mismo tiempo su especial disposición permite que el garbí las humedezca. También es determinante que la proximidad de las sierras descargue las lluvias en esta zona de la comarca.
Sobre una superficie de 22 hectáreas en la actualidad, la ubicación de nuestras fincas por diferentes partidas del término municipal de Gandesa nos ha permitido combinar, en esta parte privilegiada de la Terra Alta, la altitud y la orientación, los llanos y las laderas, las umbrías y las solanas. De esta manera hemos podido conseguir un producto propio y adaptado a las exigencias de las variedades de uva que cultivamos.
En la Coma d’En Pou se cultivan las variedades tintas- Garnacha Tinta, Cabernet Sauvignon, Sirah y Merlot para los vinos de crianza . En la Sénia de Tomaset se cultivan las Garnachas Blanca y Tinta, el Viognier, el Macabeo, la Cariñena y el Cabernet Sauvignon destinados al rosado, el blanco y los vinos jóvenes. En la Cometa y el Grau, con viñas de más de cuarenta años, se cultiva la Garnacha Blanca destinada a los vinos blancos de guarda.
La vendimia se realiza en el momento más adecuado para cada variedad y para cada tipo de vino y se hace manualmente en cajas para que el fruto llegue a la bodega entero y en óptimas condiciones.
UNA MUJER NUESTROS ORIGENESCon Bàrbara Forés, el matrimonio Maria Carme Ferrer Escoda y Manuel Sanmartin Suñer ha querido rendir homenaje a la tatarabuela que, nacida en Gandesa el año 1828, supo transmitir a su hijo Rafael el arte de elaborar vinos. De esta forma, Rafael Ferrer Forés- farmacéutico y viticultor ilustrado- construyó la bodega de la casa solariega, donde a finales del pasado siglo comenzó a embotellar vino.
Bàrbara Forés significa, por tanto, el respeto y la tradición en el arte de elaborar vinos, transmitidos de padres a hijos durante más de cien años en nuestra casa.
Bàrbara Forres también quiere expresar la capacidad que tienen las nuevas generaciones para perfeccionar y mejorar la herencia recibida. Maria Carme Ferrer y Manuel Sanmartin, herederos de una tradición familiar, han transformado la antigua bodega en una moderna instalación para la elaboración de vinos finos, del año y de crianza, y por encima de todo, han sabido aportar una nueva manera de entender el arte del vino.
UNA BODEGA NUESTRO TRABAJOEn la importante reforma de la bodega del año 1994, con la adquisición de maquinaria nueva y la adaptación del edificio a las exigencias actuales, se ha seguido la filosofía del respeto a la tradición y de la incorporación de nueva tecnología, en la medida en que tanto el uno como la otra puedan aportar alguna cosa al vino.
En la zona de elaboración, las pequeñas dimensiones de las tinas permiten tratar separadamente cada una de las variedades en función de la viña de origen. En la sala de crianza, en barricas de roble francés d’Allier, se crían los vinos para ser consumidos más adelante. Aprovechando la estructura de los antiguos trujales de la bodega se ha acondicionado la cava como zona para el reposo y la crianza en barrica. Finalmente, ante la antigüedad y la sobriedad de la piedra se ha habilitado una sala de cata y atención al público.
www.cellerbarbarafores.comNo me hubiese imaginado nunca que tuviéramos la suerte de vivir lo que vivimos durante la visita, yo estudiante de viticultura tuve el privilegio de practicar comentar y recibir toda una clase magistral de quienes año, tras año ponen en el mercado vinos que merece el respeto de publico y profesional mientras charlábamos amistosamente sobre la historia de la familia, de la casa en la que se encuentra la bodega y la residencia familiar y otros muchos temas que habréis podido leer anteriormente a través del texto que antecede a este escrito por quién más sabe de ello. Catamos y experimentamos los distintos estadios por lo que se encontraban las diversas variedades que darán cuerpo a los vinos de Bàrbara Forés, fermentaciones alcohólicas, maleolacticas, maceraciones, crianzas en barricas por variedades y vinos con el copage casi final..... y claro algún vino de los que se encuentran en el mercado actualmente, todo una experiencia que vamos a intentar desgranar, con algunas de las notas que tomamos si bien otras muchas nos las guardamos para comparar dentro de unos años lo que fue y lo que ha llegado ser.
Manuel Sanmartin aprovecha toda cata para leer como está cada vino en el momento más critico en bodega como es el de las fermentaciones, maceraciones....
Blanco joven 2009
Monte bajo, citricos, fruta blanca, equilibrio.
Fresco, notas balsamicas.........
Rosado 2009 ( casi para embotellar)
Rosa, azulado, violáceo.
Frutilla roja, sotobosque, azúcar tostado.
Buena acidez, frutilla.
No es de extrañar que sea un rosado de referencia.
Garnacha Negra ( maleolactica) 2009.
Syrah 2009.
Violáceo, capa altísima.
Concentrado, fruta negra.
Exuberante frutilla del bosque negra.
Morenillo 2009
Amable fruta roja.
Fruta blanca, melocotón, fondo fresco, pétalos de rosa, café, fondo balsámico.
Boca untuosa, fresca.
Garnacha Negra ( fermentando en barrica) 2009.
Nariz dulce, frutal, acogedora, fruta negra dulce, estructura, café, flores...
En boca untuoso, amplio, acidez interesante.
El Quintà 2007 ( ver nota de cata publicada aquí)
Templari 2008 ( crianza en barrica)
Fruta madura, azúcar tostada, cremoso, frutilla roja, blanca, melocotón....
Buena acidez, untuoso, postgusto largo marcado por la crianza, naranja, pomelo...
Coma d´en Pou 2008 ( crianza en barrica)
Solo os diré que irremediablemente recordé Coma d´en Pou 2000 catado una semana antes, equilibrio e intensidad desde la crianza en barrica aunque las notas mentoladas de la barrica están muy presentes, cuanto, cuanto hay ahí detrás.
Aquí finalizó la cata tras charlar aprender como y el porque de cada uno de los vinos, esos secretos de cada bodega que cuando las cosas se hacen bien no importa que dejen de secretos, pero si los quieres conocer tendrá que subir hasta Gandesa o descubrirlos sorbo a sorbo, copa a copa.
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